Cuando hablamos de deporte automáticamente lo relacionamos con actividad física, cansancio, dar todo de uno mismo, trabajo en equipo, tenis, fútbol… Encontramos consejos sobre cuál debe ser la alimentación de un deportista, sobre como llevar a cabo el entrenamiento, incluso, qué indumentaria debe ser las más adecuada, pero ¿Por qué nunca pensamos en DESCANSO antes y después de practicar deporte? Sin duda, esto último está directamente relacionado con esta disciplina, ya que de no descansar adecuadamente, no se podría alcanzar un pleno rendimiento físico.
El cuerpo se recarga de energía durante la noche. Mientras dormimos, nuestro cuerpo se regenera y nos preparamos para afrontar la actividad del día siguiente. Durante el sueño suceden circunstancias cruciales para el cuerpo humano. De entre ellas destacamos:
• Fortalecimiento del sistema inmunitario.
• Aumento el riego sanguíneo en los músculos y las articulaciones, se liberan de las tensiones del día a día.
• La respiración es más lenta, lo que hace que se oxigenen todas las células y las prepara para el esfuerzo del día siguiente.
• Los procesos mentales se ordenan, sobre todo los relacionados con recordar y asociar.
• Se regenera el líquido intervertebral, necesario para la flexibilidad de la columna.
Recientemente, la Unidad de Trastornos del Sueño de Stanford (California, EEUU) ha hecho públicas las conclusiones de uno de sus estudios relacionados con el tema que tratamos, donde se indica que «el rendimiento físico óptimo sólo puede obtenerse cuando un deportista tiene parámetros y hábitos de sueño adecuados». Para conseguir este descanso reparador, hay que llevar a cabo una serie de recomendaciones: